Pues yo ya he llegado a los 20.000 kms y sigue rascando aunque algo menos que al principio (tal vez por el cuidado que pongo al realizar el cambio). Ahora lo que noto es como un chasquido cuando cambio de marchas, como si chocasen dos piezas metálicas. Es como si alguna pieza se quedara enganchada y al soltarse impactara con otra pieza también metálica.
A base de observar continuamente este "fenómeno" se puede percibir que en el tránsito de primera a segunda, cuando pasa por punto muerto, hay un ajuste, que se percibe perfectamente en la palanca de cambios, como si alguna pieza tardara en coger su posición. Si el cambio lo hacemos demasiado rápido, y esta pieza no termina de ajustarse completamente, se produce el "rascado" (Yo sigo pensando que es una descoordinación de los piñones en un momento dado).
Hay que tener en cuenta que todo el sistema de cambios se gestiona con dos únicos cables que actúan o deben de hacerlo coordinadamente. Por tanto puede ser, y ésta es otra de mis conjeturas, que esta pequeña descoordinación produzca que los mecanismos que de forma independiente gestionan ambos cables no estén perfectamente coordinados en el momento del rascado.
Ahora viene la pregunta. ¿Y porqué no se produce siempre?. Pues porque no siempre se atasca el mecanismo. De hecho he observado que cuanto más se revoluciona el motor o si vamos circulando por alguna carretera segundaria (que son más rugosas que las principales), esa vibración hace que este mecanismo se suelte mejor y por tanto desaparezca el problema. Por ello puede pasar que, en función del tipo de conducción que tengamos cada uno, a nosotros nos rasque y cuando lo pruebe el del taller no lo haga (en mi caso el probador apuraba mucho las marchas, mientras que yo conduzco más suave).
Y para terminar os diré que esto simplemente son apreciaciones mías sobre mi coche y por ello no quita que alguno de vosotros pueda tener otras circunstancias que también produzcan este problema.